Hay quien piensa que por el mero hecho de ser optimista, o luchar para serlo cada día, vives en los mundos de Yupi -que era lo que se veía en mi época, después de que quitaran Barrio Sésamo- pero creo que no hay nada más lejos de la realidad.
Quizá, precisamente, porque cada día vemos lo que hay a nuestro alrededor, desde lo más cercano a lo más lejano, quienes somos optimistas luchamos por seguir siéndolo, porque nos negamos a llorar en un rincón y pensar que nada puede mejorar, que todo tiene que seguir así. La vida ha de ser luz, no oscuridad.
Es cierto que hay gente que es optimista por naturaleza, pero otros muchos también aprendemos a serlo gracias a nuestras experiencias vitales, porque en el camino hemos visto que de poco sirve quedarte en la cuneta pensando qué podría haber ocurrido si hubiera tomado una determinada decisión en lugar de otra. Eso no sirve de nada, porque el pasado es lo único que nunca cambia.
Sin embargo, el presente y el futuro sí lo vamos escribiendo día a día, y seguramente todos tropezaremos mil veces con cosas que nos hagan pensar que hasta aquí hemos llegado… Pero lo único cierto es que, aunque cuando en uno de estos días pienses al acostarte que no volverá a salir el sol, sí que lo hace. Y, a veces, incluso con más fuerza y brillo que el día anterior.
A veces pienso que quizá si todos nos esforzáramos, si pusiéramos un poco de nuestra parte para ver el mundo de color -y no es necesario de rosa, que empalaga- realmente las cosas mejorarían para todos: no nos enfadaríamos muchas veces por chorradas ni perderíamos ni un segundo de nuestras maravillosas pero cortas vidas en pensar que no hay salida o que todo me pasa a mi, incluso en mirarnos el ombligo.
Y eso no significa que a veces no haya que detenerse un instante a llorar, pero que eso sólo sirva para tomar impulso y seguir hacia adelante. Nunca para quedarnos atascados a un lado de la vía.
A todos nos pasa de todo, cada cual tiene sus problemas en el día a día, y muchas veces lo único que varía es la forma de afrontarlo. Y, por si acaso os sirve de algo, yo hoy me conformo con sacaros una sonrisa tras leer mi blog y escuchar un fragmento de una película que me encanta y me sigue haciendo reir años después.
Recordad: «Cuando tu vida esté en ruinas no te quejes. Sólo silba y eso te ayudará a que las cosas terminen saliendo bien… Mira siempre el lado brillante de la vida…»
I think this is a real great article post.Really looking forward to read more. Want more.
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Thanks!!!
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No soy optimista por naturaleza, al contrario suelo esperar siempre lo peor y como dice mi psicologa me empeño tanto en pensar mal que al final la mayoria de veces consigo que todo vaya mal
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Pues eso hay que cambiarlo Sonia porque yo estoy convencida de que no sólo se es optimista por naturaleza sino que también se puede aprender. ¡Ànimo!
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Yo no es que me caracterice por mi optimismo… y soy especialista en ver problemas donde no los hay… pero los rayos del sol y un buen trozo de chocolate suelen “curarme”. Y desde hace unos meses tengo la mejor vacuna que puede haber… Se llama Jorge!!
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Esa sí que es una buena vacuna! Y está guapísimo Lola! Un achuchón a ese solete de mi parte!
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Me encanta Merche!! Una reflexión tan bonita como real…a veces viene genial que te recuerden estas cosas…y por supuesto, aquí te dejo mi sonrisa.:-):-*
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Lo más bonito que creo que te puede regalar alguien es su sonrisa… Mil gracias María. Tú siempre tendrás la mia también!
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Muy bien Merche!! La vida es mucho más sencilla siendo optimistas… Para nosotros y para los que están a nuestro alrededor, a veces no es fácil, pero merece la pena intentarlo………. VIVA LA POSITIVIDAD!!! Te lo digo gritando!!! Jejeje.
Gracias por tus post!!!!
Un beso!!
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Esa es mi Lola! La positividad hay q gritarla, si señora. Y que la compartamos muchas veces!!! Gracias a ti!
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Como siempre de acuerdo contigo y feliz de tener personas en mi vida que me la alegren y es que con una sonrisa todo es mucho más fácil y llevadero.
Hace unos días en la sala de espera del hospital pude ver la reacción de dos personas a las que trataron de dos formas muy distintas, una con alegria y amabilidad y otra de malas maneras y por supuesto estas contestaron de igual forma a como fueron tratadas y pensé tanto cuesta ser amable con las personas aunque se equivoquen o no lleven toda al razón…
Y aquí me tienes silbando como puedo esta canción que me encanta!!!:)
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Gracias por esa sonrisa tan dulce Rosa! A veces cuesta tan poco… Pero se olvida con tanta facilidad… Me encanta haberte logrado que silbes! 😉
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Aquí te dejo mi sonrisa. Un besito Merche.
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Estas sonrisas son las que me llenan de vida y me animan a seguir siendo optimista. Gracias Juan Carlos!!! 🙂
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Muy bonito el post, Merche, me ha gustado mucho y es verdad todo lo que dices, a veces hacemos de un problema un mundo y no es así,es menos importante de lo que pensamos. Enhorabuena por esta reflexión.
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Gracias Ana! Que alegría verte por aquí… Mira, ya me has dejado la primera sonrisa y me encanta!!!
Y es verdad en que a veces hacemos de un grano una montaña, pero es que incluso cuando es una montaña hay que seguir avanzando porque deteniéndote no consigues nada.
Un besazo y espero que vuelvas pronto 😉
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