Positividad…

Disfrutemos de la vida con la mayor positividad posible. Aprendamos a ver el lado bueno. Imagen de la fotógrafa de Reuters Pilar Olivares

 

Esta semana un compañero me ha hecho un comentario que me ha hecho pensar y me ha recordado la suerte que tengo en muchos aspectos. Tan sólo me dijo «necesitaría una persona como tú en mi vida».

No seáis mal pensado, que no tiene nada que ver con «tirar los trastos», que os conozco, jajajaja. Fue un piropo maravilloso porque se refería a lo que yo le contagio porque, me decía, siempre voy con la sonrisa puesta por la vida.

Me decía que le encanta el optimismo, pero que cree que con él se nace, algo con lo que estoy de acuerdo, aunque sólo en parte. En un ejemplo muy gráfico, me levanto las gafas de sol y me dijo «¿De qué color ves eso? ¿Verde brillante verdad?» A lo que, evidentemente, le respondí que sí porque así era. Entonces me bajó las gafas y me preguntó «¿a que ahora es verde oscuro?». Y así era.

Lo que trataba de explicarme con este símil es que hay personas que siempre llevan esas gafas de sol puestas que les impiden ver los colores brillantes de la vida y les hace captar sólo los más apagados.

Y, aunque si bien es cierto, que el optimismo va en nuestra forma de ser y nuestro carácter casi desde que nacemos, también creo que la positividad se adquiere a lo largo del camino. Las gafas con las que naces no tienen por qué quedarse puestas siempre, a veces se pueden levantar y, con el tiempo y esfuerzo, hasta quitar.

Aunque yo he nacido con ese don, porque realmente es más fácil todo cuando se encara desde la positividad también es cierto que la vida me lo ha ido moldeando. Evidentemente no todos los días soy la mujer más feliz del mundo, veo muchas cosas a mi alrededor que me hacen sufrir, pero también la vida me ha enseñado a apreciar lo bueno que tengo y, sobre todo, a exprimirlo al máximo.

Por desgracia, la enfermedad que se llevó a mi abuela me demostró lo poco que realmente importan las cosas que creemos importantes, y lo importantes que son las cosas por las que pasamos al lado sin prestar atención. Y eso ha sido la vida quien me lo ha enseñado, igual que ocurre a cada uno con sus experiencias vitales. Ya que queramos aprender de ellas o las ignoremos, sólo depende de nosotros.

Además, iré más allá, porque creo firmemente que cuando eres positivo en esta vida, atraes cosas buenas, aunque eso no evita que lleguen también malas, pero creo que las primeras superan a las segundas.

Para mi el mejor ejemplo que confirma mi teoría es la cantidad de gente buena que ha aparecido en mi vida: a veces cerca, otras más lejos; en ocasiones de pasada, y la mayoría para quedarse; personas afines y otras completamente diferentes… Pero todas me han aportado muchísimo y hacen que sienta que puedo contar con ellos. Esa es una de las cosas más grandes que existen, y espero que ellos también sean conscientes de que siempre podrán contar conmigo.

Y para vosotros es también este rinconcito en el que me encanta que me dejéis vuestros mensajes, porque cada día me hacéis sentir que estáis ahí. Y la vida sin cada una de las personas que pasa por ella, no sería lo mismo…

Finalmente, como sabéis que mi blog es tan ecléctico -o caótico, como prefiráis- en lo que a música, historias y reflexiones se refiere, hoy os dejo con una canción que precisamente me ha dejado una de esas personas estupendas que ha aterrizado en mi vida y que dice que le da subidón… Subidón para tí, Lety, y para todos!!! Sed Felices y positivos 😉

 

Acerca de Merche Camacho

Periodista y apasionada de la vida... Que sólo busca un pequeño espacio de reflexión y de fantasía en estos tiempos tan acelerados...

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