Todo no vale… Y menos con el ébola y la vida de una persona

Sin un auténtico periodismo, no hay democracia posible / Merche Camacho

En este blog procuro no meterme en cuestiones políticas porque cada uno tiene sus propias ideas y debemos aprender –aunque después de tantos años de democracia debería estar más que asumido- que son tan respetables unas como otras aunque no estemos de acuerdo.

Tampoco suelo hablar de periodismo, aunque hay casos que me revuelven el estómago como aquel de sacar imágenes de una picadora de carne para ilustrar como un hombre había matado a una mujer, pero hay veces que ya no te puedes morder más la lengua. Y ésta es ya una de ellas.

Creo en el periodismo, lo ejerzo desde la libertad y el convencimiento, aunque he trabajado para medios de comunicación con distintas líneas editoriales y nunca he sentido la presión de tener que publicar o no alguna historia o la forma en la que hacerlo. Sinceramente suscribo la afirmación de que “sin periodismo no hay democracia”, adoro mi profesión y por lo menos intento, aunque no sé si siempre lo lograré –seguramente no- tratar de contribuir a que sea un servicio público.

Pero ya lo último que he visto en Radio televisión Castilla-La Mancha me ha superado. No puedo callarme y seguramente me lloverán muchas críticas, pero me da igual porque al menos estaré en paz con mi conciencia. Estos son, para mí, los 25 segundos de la vergüenza para el periodismo.

 

Sé que muchos profesionales de esta televisión y radio lo están pasando realmente mal por muchas cosas que tienen que hacer, pero hay algunas que, aunque jamás justificables ni defendibles, aunque sean manipulaciones, no hacen daño a nadie. Pero esto no. Ya está bien, en el periodismo no todo vale. Ni en la vida.

¿Cómo se puede jugar de esta manera y burlarse así de una persona que está muy grave por su vocación –recordemos que fue voluntaria- de ayudar a los demás y que intentó que los misioneros si no salvaran la vida, al menos murieran de la manera más digna posible?

Puedo entender –que no comprender ni compartir- que ahora la consigna del partido que gobierna, acuciado por la crisis, sea tratar de evitar al máximo las responsabilidades y tratar de culpabilizar a otros, en este caso a Teresa como hizo el consejero de Sanidad madrileño, llamándola mentirosa. Pero un periodista no es un político y jamás se puede prestar a una manipulación tan burda como esta.

Hoy me avergüenza que mi comunidad autónoma, la televisión de mi región, y los periodistas de Castilla-La Mancha estén en boca de medio país, por no decir en la del país entero, ya que si alguien no se había enterado, están las redes sociales para poder verlo una y otra vez.

Reivindico la profesión en esta región y en el resto del país, sé que no es de las mejores vistas en unos tiempos como estos por la vinculación que en muchas ocasiones tiene con la política, pero los periodistas de calle, los de verdad, los que curran diez o más horas buscando noticias y tratando de ser la voz de quienes no lo tienen, somos honrados, o al menos os aseguro que tratamos de serlo en la medida de nuestras posibilidades y de las que nuestras empresas nos permiten, llegando en alguna ocasión a no firmar una información si no estamos de acuerdo con ella.

Pero nunca, jamás, debemos mentir y manipular con nada, pero mucho menos con la profesionalidad de una gran mujer, que pudo cometer un error como hacemos todos, y que hoy se debate entre la vida y la muerte por ofrecerse voluntaria un día a cuidar a alquien que se moría.

Con un mínimo de decencia, esa periodista y esa cadena pedirían perdón. Perdón por una falta de ética que, para mí –y me pueden criticar lo que quieran- es intolerable ya que hay algunos temas –aunque deberían ser todos- sobre los que es una inmoralidad ironizar. Como lo de la picadora de carne en un país en el que tenemos una lacra social impresionante como la violencia machista. Pero eso, es otra historia.

Acerca de Merche Camacho

Periodista y apasionada de la vida... Que sólo busca un pequeño espacio de reflexión y de fantasía en estos tiempos tan acelerados...

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